A mayor edad, mayor atención en el transporte público
Colectivos
Para muchas personas mayores utilizar el transporte público es todo un mundo. La inseguridad y la falta de movilidad complican los desplazamientos y coger un autobús o el metro, en ocasiones, se convierte en una actividad de riesgo.
Si te encuentras en esta situación pero no quieres renunciar a moverte, te ofrecemos una serie de consejo que pueden hacer que te sientas más seguro cuando utilices el transporte público.
Lo primero que debes saber es que las personas mayores de 65 años son las más propensas a sufrir caídas graves. No te arriesgues y sé prudente. Y muy importante: antes de salir, deja el orgullo y la vergüenza en casa. Si necesitas bastón o muletas para caminar, mejor ¡úsalo!
En la calle debes extremar las precauciones, sobre todo a la hora de cruzar. Respeta los semáforos y utiliza los pasos habilitados, como pasarelas o pasos de cebra.
No tengas prisa. Si se escapa el tren o el autobús, ya llegará el siguiente.
Intenta no cargar con bolsas o paquetes pesados, si ya tienes dificultades de movilidad esto te lo va a poner aún más difícil.
En los transportes públicos los mayores tenéis prioridad para sentaros. Haz uso de ese derecho cuando lo consideres necesario. Pero si prefieres viajar de pie, agárrate con firmeza a los pasamanos o barras disponibles; en cualquier momento podría haber un frenazo brusco.
Si te mueves con silla de ruedas, andador u otro elemento de ayuda a la movilidad, en el autobús tienes un espacio reservado disponible.
Siempre es preferible que realices recorridos ya conocidos, y que evites las horas punta en las que se acumulan más viajeros que van o vuelven de sus trabajos.
Es aconsejable el uso de pulseras o colgantes de alerta médica, ya que proporcionan información muy útil a los servicios de emergencia en caso de que sufras un percance cuando viajes solo.