Normas de seguridad para vehículos eléctricos

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Los vehículos eléctricos no son un invento nuevo. A lo largo del siglo XIX su uso proliferó en las ciudades pero la aparición de los coches de gasolina, a principios del siglo XX, acabó relegándolos al olvido.  En los últimos años, el interés por la electricidad como energía alternativa y la preocupación por el efecto contaminante de los combustibles, ha vuelto a poner en primera línea a los vehículos propulsados por electricidad, convirtiéndolos en una prioridad para todas las marcas.

Si te preocupa el medioambiente y estás pensando en adquirir un vehículo eléctrico, seguramente una tus principales preocupaciones es su precio, pero la seguridad debe ocupar también un lugar importante en tu decisión. Puedes encontrar toda la información sobre la seguridad de los distintos modelos que hay en el mercado europeo en EuroNCAP.

Si ya has decidido qué vehículo quieres adquirir, cuando vayas a comprarlo, pregunta al vendedor, concesionario o particular, por todas las precauciones específicas de ese modelo. Como en cualquier vehículo, es necesario leer con calma el manual de instrucciones y seguir todos sus consejos, muy en particular aquellos más novedosos por ser específicos del vehículo eléctrico.

A priori la conducción de un vehículo eléctrico es muy parecida a la de un vehículo de gasolina o Diesel, pero hay algunas diferencias a tener en cuenta para tu seguridad. Te las contamos:
 

  • Los coches eléctricos no hacen ningún tipo de ruido cuando están detenidos y con el encendido o arranque conectado. En estos casos debes tener cuidado para no pisar inadvertidamente el pedal del acelerador.
  • Acostúmbrate al silencio. Los conductores estiman la velocidad a la que se desplazan, al menos en parte, a partir del ruido del motor y del de rodadura. En los vehículos eléctricos, el primero es apenas perceptible lo que puede suponer un riesgo de conducir a velocidades superiores debido al menor ruido en marcha. Si el vehículo dispone de sistemas de ayuda a la regulación o limitación de la velocidad, úsalos.  Si dichos sistemas son opcionales, considera la opción de  incorporarlos si tu presupuesto lo permite, y priorízalos respecto a otros equipamientos de comodidad o estética.
Normas de seguridad para vehículos eléctricos
  • Aunque es obligatorio, en vehículos nuevos desde julio de 2021 tanto en vehículos eléctricos, como híbridos e híbridos enchufables, disponer de un sistema de avisador acústico (AVAS) que funcione de manera automática, a velocidades inferiores a 20 km/h (incluso en maniobra de marcha atrás), hay vehículos más antiguos que no disponen de este sistema por lo que puede ser peligroso para los peatones y ciclistas que no han percibido la proximidad del coche debido a la ausencia de ruido del motor. Extrema las precauciones cuando circules por zonas con presencia de peatones o ciclistas. Un claro ejemplo de esto sería en aparcamientos de centros comerciales.
  • Al comprar el vehículo tanto nuevo como usado, dale prioridad al equipamiento de seguridad frente a otros de lujo o estética. Es importante que incluya el mayor número de ADAS posibles: frenado autónomo, sistema de mantenimiento de carril, control de ángulo muerto, cámaras y sensores de marcha atrás, entre otros.
  • ¡Cuidado con la potencia! La entrega de potencia es distinta que en un vehículo dotado de un motor térmico convencional. En el vehículo eléctrico la entrega de par máximo se produce prácticamente desde parado, mientras que en el motor térmico necesita un mínimo régimen de giro o revoluciones del motor. Es por ello que la aceleración de los vehículos eléctricos, principalmente en la salida desde parado, es mucho mayor que en los térmicos, asimilándose muchas veces a aceleraciones de vehículos deportivos. Es imprescindible que te familiarices con seguridad con esas nuevas prestaciones y aprendas a dosificar el pedal del acelerador.
  • Adáptate al freno regenerativo. El freno regenerativo transforma la energía cinética producida por el movimiento de las ruedas en energía eléctrica, que cargará las baterías y aumentará la autonomía de nuestro vehículo. Esta transformación se produce cuando frenamos y en algunos modelos (como los dotados con sistema e-pedal o one-pedal) cuando levantamos el pie del acelerador, produciendo un efecto de frenado del vehículo sin necesidad de pisar el pedal de freno. Familiarízate con este sistema en zonas suficientemente seguras. El freno regenerativo no puede sustituir, en caso alguno, al pedal de freno para detener totalmente el vehículo.

En un vehículo eléctrico, adapta la conducción a sus características específicas. Movilidad sostenible sí, segura también

  • Ten precaución también con el mal uso, o abuso, precisamente del equipamiento de seguridad. Muchos vehículos eléctricos cuentan con un alto nivel de equipamiento de ayudas avanzadas a la conducción. Estas ayudas nunca deben ser utilizadas para disminuir la atención o distraerse durante la conducción: ¡no son un “piloto automático”!
  • En caso de cualquier impacto relevante en la zona donde estén ubicadas las baterías -por ejemplo, en los bajos del vehículo si es ahí donde se sitúan-, debes llevar el vehículo a revisión. Una batería deformada puede suponer un riesgo de incendio a corto plazo, aunque se ha comprobado que el riesgo de incendio de un vehículo eléctrico es, en general, comparable o incluso menor que en el caso de un vehículo de gasolina o Diesel. Los humos generados en caso de incendio de las baterías, por otro lado, pueden ser más tóxicos o peligrosos que los humos de otros tipos de fuegos.
  • Al igual que sucede con un vehículo de gasolina o Diesel, debes prestar atención a la autonomía disponible para evitar que el vehículo se quede sin energía a mitad de viaje o recorrido. Cualquier detención en un arcén en medio de una carretera implica un cierto nivel de riesgo que debe ser evitado. En el caso de largos viajes será necesario planificar la ruta, consultando los accesos a puntos de recarga públicos, lo cual puede hacerse también a través de apps e incluso, del propio vehículo a través de su conectividad.
  • El conductor debe ser consciente de que su forma de conducir afecta directamente al consumo eléctrico de la batería del vehículo y por tanto a su velocidad de descarga. Debe conducir de manera suave, a velocidades razonables, utilizando cuanto sea posible el freno regenerativo en vez del convencional y en caso de necesidad por falta de autonomía, desconectar el sistema de calefacción y refrigeración del habitáculo, que puede llegar a reducir la autonomía hasta un 30%.
  • Es importante que el punto de recarga sea instalado o revisado por un profesional autorizado y cuente con las debidas protecciones para no sobrecargar la instalación eléctrica. No laves ni realices ninguna acción sobre el vehículo durante el proceso de carga.
  • Si vas a dejar tu vehículo eléctrico parado durante varias semanas, y para mantener en buen estado las baterías, déjalas con entre el 50 y 75% de carga. Si el periodo es muy largo, de muchas semanas, y tu sistema de control lo permite, descarga ligeramente las baterías de vez en cuando, por ejemplo activando la calefacción, y luego vuelve a recargarla dentro del rango anterior.

Un vehículo eléctrico requiere unas atenciones específicas para su mantenimiento y una conducción adaptada a sus características. Si te pasas al coche eléctrico, ten estas recomendaciones en cuenta.

Una movilidad sostenible debe ser también segura